El papel de la mujer en el derecho colombiano: del reconocimiento a la materialización
Como parte de la celebración del Día Internacional de la Mujer, Confival rinde homenaje a las mujeres que han hecho historia en el mundo jurídico, repasando el papel de la mujer en el derecho colombiano, cuyos valiosos aportes han enriquecido el conocimiento, la doctrina y el ejercicio jurídico en nuestro país.
Es importante señalar que en nuestro país el acceso de las mujeres a la educación superior no siempre fue un hecho, a finales de la década de 1920, hace ya casi cien años se inició la discusión en pro del derecho de la mujer a la educación superior, el debate se centraba en ese momento en definir si las mujeres tenían o no la capacidad mental para educarse o elegir profesión.
Uno de los factores de mayor relevancia en la transformación de los escenarios de participación de la mujer fue la reforma iniciada por el presidente Enrique Olaya Herrera que fue continuada por los gobiernos liberales en pro del reconocimiento de los derechos patrimoniales de las mujeres casadas y la necesidad de su incorporación en la fuerza laboral de nuestro país, lo que requería abrirles a las mujeres espacios de formación académica. Así entonces se expidió en el año 1932 la Ley 28 que señaló algunas condiciones de igualdad para los cónyuges (hombre y mujer), la facultad de administrar sus propios bienes que hoy resulta una obviedad para cualquier mujer en el derecho colombiano, antes del año 1932 era una fantasía.
En línea con lo anterior, en el año 1933 se expidió el Decreto 227 que viabilizaba el acceso a la educación básica primaria y secundaria a las mujeres, pero para ese año, aún se veía distante la posibilidad de permitir el ingreso de las mujeres a la Universidad. Situación que cambió en el año 1935 gracias a Gerda Westendorp Restrepo quien fue la primera mujer en entrar a una Universidad en Colombia, Gerda ingresó a la facultad de medicina de la Universidad Nacional.
Rosita Rojas Castro, nacida en el municipio de Tocaima fue la primera mujer en el derecho colombiano en graduarse como abogada en el año 1942, aunque cumplió con todos los requisitos para convertirse en abogada, se interpuso una demanda que impugnaba su derecho a ejercer la abogacía, con el argumento de que, si las mujeres no tenían identidad política, no podían actuar en nombre del público. Rosita abrió las puertas en el año 1943 para que las mujeres colombianas pudieran ejercer cargos públicos, en ese año, se convirtió en la primera mujer nombrada por el Tribunal Superior de Bogotá como Juez Tercero del Circuito.
El nombramiento de Rosita como Juez generó mucha oposición en Colombia, y se interpuso una demanda que aducía que no era posible el ejercicio de cargos públicos por mujeres, bajo el argumento de que la Constitución Nacional de Colombia exigía como requisito para desempeñar el cargo de juez el ser ciudadano; y por aquellos días la conservadora constitución de 1886 otorgaba ese derecho exclusivamente a los hombres mayores de 21 años. Según el demandante, si la mujer no podía elegir tampoco podía ser elegida. Pese a las múltiples trabas que los opositores al desarrollo de la mujer quisieron ponerle, Rosita ejerció como Juez ocupando el despacho 109 del Palacio de Justicia.
Trabas como las que tuvo que superar Rosita Castro, tenían sus raíces en la profunda convicción de la sociedad colombiana de esa época de que la opinión de la mujer no tenía cabida en la vida política ni en los procesos de toma de decisiones del país, incluso estaba en duda si debían ser o no consideradas ciudadanas.
La lucha por el voto de la mujer fue un largo camino en el que participaron varias figuras como Esmeralda Arboleda Cadavid también abogada que lideró el movimiento sufragista en Colombia junto a su compañera Josefina Valencia de Hubach. Esmeralda fue la primera mujer en el derecho colombiano senadora de la República, durante el periodo 1958 – 1961, y fue la primera mujer en ser nombrada embajadora en nuestro país (Austria) .
El proceso del reconocimiento de la ciudadanía a la mujer que se dio en el año 1945 y del derecho al voto materializado en el plebiscito que también aprobó el pacto del Frente Nacional en el año 1957 fue extenso, difícil y lleno de oposición, y se tomó casi 30 años. Sin embargo, el cambio respecto del papel de la mujer en la sociedad ha tomado muchísimo más tiempo, pese al reconocimiento de derechos y la expedición de leyes en pro de buscar la igualdad, la principal traba ha sido siempre el reconocimiento del valor y la importancia de la participación de la mujer en escenarios y roles distintos al familiar.
Prueba de lo anterior fue la necesidad de expedir una ley que estableciera como obligación nombrar en altos cargos públicos a mujeres, ley que conocemos como la Ley de Cuotas que fue expedida hasta el año 2000; luego de 57 años transcurridos desde la polémica que suscitó el nombramiento de Rosita Castro como Juez de la República, la problemática siguió siendo la misma.
En el panorama jurídico moderno colombiano, luego de medio siglo desde la graduación de la primera abogada colombiana, tenemos la fortuna de contar con grandes juristas que siguen, como Rosita Rojas aportando al desarrollo del país y a la conquista de nuevos escenarios por parte de las mujeres. Es el caso de Margarita Cabello Blanco primera mujer en el derecho colombiano en asumir el cargo de Procuradora General de la Nación, quien también ejerció como presidenta de la Corte Suprema de Justicia en el 2016 y magistrada de la Sala de Casación Civil.
Al igual que Margarita Cabello, encontramos a María Victoria Calle que hizo historia al haber sido nombrada como la primer mujer en el derecho colombiano en ser presidenta de la Corte Constitucional, en su cargo como magistrada de esta corporación, tomó decisiones en temas de género a favor de la igualdad; reafirmando el derecho a tener una familia. En sus ponencias defendió los Derechos reproductivos de las mujeres y la despenalización del aborto en los tres casos permitidos (riesgo para la madre, inviabilidad o malformación del feto, violación).
En Confival, celebramos y reconocemos también el importante papel de la mujer no solo en ámbitos como el derecho, sino en todas las demás profesiones, aportando y trabajando con fuerza día tras día en todos los escenarios en pro del crecimiento de nuestro país.Es por eso que nuestro equipo de trabajo, que está en constante búsqueda de la excelencia, está conformado en su 42% por mujeres que ponen siempre su mejor esfuerzo, experiencia, energía y conocimiento a tu servicio para que puedas seguir planeando tu futuro con nuestra ayuda. A ti, mujer Confival: ¡Feliz día!
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